martes, 19 de febrero de 2008

El perfil de las personas

Me ha dado en algún tiempo de mi vida por leer textos relacionados con el control de masas, las estrategias comunicativas que utilizan los poderosos para llegar a la gente y modificar sus hábitos y costumbres, así como analizar como a través de sencillos elementos que incorporan en nuestra vida cotidiana pueden llegar a saber cada vez más acerca de nosotros. Hace poco escribía un artículo para un medio donde explicaba como se han refinado con el tiempo los mecanismos de control de masas y como las instituciones públicas y privadas pueden trazar el perfil de un ciudadano en poco margen de tiempo. Más que nada a raíz de los datos que vamos dejando y desparramando en cada acción que acometemos. Por ejemplo, cuando vamos a hacer la compra y pagamos con tarjeta quedan almacenados en un archivo no sólo el importe que hemos pagado sino también los productos que consumimos. También se realiza esta práctica para todas las transacciones que realizamos en Internet y ni hablar de las webs que visitamos así como de los correos que enviamos y recibimos.
También es obvio, a que hora realizamos estas actividades. Cuanto hechamos de gasolina en el coche, que enfermedades hemos tenido, que canales de TV miramos con más frecuencia (esto lo he visto yo con mis propios ojos en una compañía que se dedica al rating que tienen los diversos canales, sólo a través de la electricidad), cuanto dinero retiramos del cajero cada vez y claro está con que frecuencia nos comunicamos por teléfono con quién sabe Dios.
Es decir que el control sobre las masas ha dejado de ser algo impersonal y ha pasado a ser en muy poco margen de tiempo y gracias a los avances tecnológicos, a un control personal que en muchos casos roza la violación de la intimidad de las personas. Sobre lo que el futuro nos depara en este sentido son muchas las vertientes y las opiniones al respecto. Pero una me ha llamado la atención sobre todas. La he visto en varios sitios e incluso en películas de ciencia ficción. Pero para dar un dato concreto vale una capítulo en el libro de Daniel Estulín sobre el Club Bilderberg donde una de las ideas que se maneja a futuro es la incoporación de un chip en las personas dentro de la propia piel. En teoría nos lo venderían como un elemento de seguridad, pero en realidad estamos hablando del último bastión al que quieren llegar los poderosos para controlar a las masas. Incluso la posición de cada una de las personas con un rastreo a través de GPS.
Así que amigos el futuro se presenta por un lado interesante ya que los descubrimientos a los que estamos llegando de la mano de la ciencia parecen ilimitados, pero también los elementos de control tomana un sentido que cada vez parece más intimidatorio. Muchos perros del primer mundo ya llevan un chip, espero no ver el día en que los humanos, sea bajo el pretexto que sea, terminemos llevando un chip.

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