
Años más tarde las cosas cambiaron aún más, apareció Internet y leer el New York Times desde cualquier ordenador me hizo cambiar la percepción del mundo y sus distancias. Tanto que decidí que tenía que estudiar fuera de mi país algo relacionado con mi carrera porque los tiempos así lo exigían. La iniciativa me trajo a España y las casualidades hicieron que aquí me quedara. Pero para mí no fue tan traumático como por ejemplo para mi tatarabuelo que viajo a Argentina a finales del mil ochocientos en barco. Antes se tardaban como tres meses, yo de un día para el otro ya había cambiado de contiente.
Estos hechos me hicieron una vez más cambiar la percepción de las distancias. Entrado en el siglo XXI vi como haciendo entrevistas de trabajo por videoconferencia podría haberme ido a vivir a otro país, ya con un sueldo asegurado y una casa por alquilar. Hoy puedo enviar un currículum a Australia, hacer una entrevista por el ordenador, y tal vez dentro de un mes esté trabajando allí o en cualquier otra parte del mundo en donde me ofrezcan un buen porvenir. Este hecho es único en la historia de la humanidad. La fluidez con las que nos movemos en este nuevo mundo y como han desaparecido las distancias. Incluso podría trabajar para una empresa inglesa desde el ordenador de mi casa y tener un sueldo por mes.
La percepción de la distancia ha cambiado en muy poco tiempo para todos nosotros y hoy quería reflexionar sobre esto porque dentro de poco cambiarán aún más con los viajes espaciales tripulados, donde en un principio serán carísimos y al alcance de pocos, pero como sucede con todos los productos algún día serán asequibles a muchos bolsillos. De hecho antes era imposible para muchos viajar en avión y hoy ya es más o menos accesible.
A los niños de hoy la televisión por ejemplo los tiene conectados con canales de todo el mundo. Además hoy en día ya viajan en avión al veranear con sus padres y cambiar de continente es una aventura, pero no tienen la sensación, calculo, como la que tenía yo de pequeño que era como viajar a otro planeta. No deja de sorprenderme este loco avance que estamos experimentando como humanidad y esas cuestiones de la ilusión de niño que se conservan en algún sitio de mi ser, me hacen tener muchas expectativas de cara al futuro porque lo que nos viene promete romper todos nuestros esquemas. Aunque hoy en día los avances que experimentamos parecen algo cotidiano con lo que convivimos, pero desde el punto de vista histórico es al menos apasionante.
1 comentario:
Santander-Bilbao: 3 horas
Subir a esquiar a Brañavieja 3 horas
Santander-Potes, en verano: hasta 5 horas...
Qué poco apreciamos lo mucho que ha mejorado nuestra vida desde que no tenemos que darnos esas palizas en coche.
Publicar un comentario