sábado, 15 de diciembre de 2007

Tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro

Algunos de vosotros conocéis a Zoe, mi hija, otros ya la conoceréis. He plantado árboles y flores y además tengo dos árboles muy amigos míos, que no son míos sino de ellos mismos, uno cerca de Aguilar de Campoo en Palencia y otro en el patio de mi casa de La Pampa. El primer libro estoy a punto de darlo a luz, y me pregunto con 32 años ¿Puede reducirse a la frase del titular nuestro paso por la vida? ¿No valen de nada las canciones que compuse, ni los cuadros que pinté? ¿Qué hay de las amistades, las acciones positivas, la pila de libros que tragamos, estar con una pareja que te comprende y hace la vida más fácil, los arrepentimientos, el esfuerzo por ser mejores y tantos etcéteras que no me daría el largo de la página para enumerar?
No digo que tener un hijo sea algo fácil, es una decisión importante en la vida, al igual que escribir un libro con ideas que rondan la cabeza y que de alguna manera te define de cara al resto de los vivientes. También plantar un árbol tiene lo suyo porque desarrollamos una cierta querencia por él, y de alguna manera nos vemos obligados a cuidarle. Creo también que hacer estas tres cosas nos ayudan a ser mejores y a valorar la vida de otra manera, pero qué pasa con el resto de acciones. Mejor dicho, por qué esta frase es tan famosa de cara a objetivos importantes en la vida y no otra. No sé, algo que tal vez que incluya más elementos. Algo así como: Acercarse al arte y a la naturaleza, comprender, y tener un hijo para enseñar lo que aprendimos. Tal vez no tenga mucho enganche y sea un poco larga, pero me parece que me voy a quedar con esta frase que acabo de crear, porque queda mucha vida por delante y no me canso de explorar nuestro paso por la Tierra.

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