
Desde estos lugares se están creando propuestas alternativas y actividades para los jóvenes este mismo día. Pero calculo que a la mayoría le da igual porque lo que quiere es dar rienda suelta a vaya a saber que combinación de hormonas o testosterona según el caso, y pasárselo por todo lo alto. Por una parte me parece bien, pero como ya me estoy poniendo un poco viejo y las canas comienzan a poblar mi cabeza, pues me da por pensar que está bien beber un poco y entonarse, consumir lo que a cada cual le parezca, pero lo que no se puede hacer es meterse tanto que después quedas gilipollas y te olvidas de como lo pasaste. Digamos, sin decir nada nuevo, que los extremos son malos. Lo que sucede es que no hay educación en el consumo de bebidas alcohólicas, ni drogas. Parecen temas dejados a la educación de cada uno y por eso nadie te explica que si te pasas te pierdes la fiesta en tu memoria a largo plazo. Pero eso parece que no importa. Lo importante es Epicuro y su Carpe Diem.
Más que nada es este comentario porque los alrededores del parque donde se festeja la champanada pareciera que fuera a atentar Al Qaeda, está repleto de seguridad privada y pública. Joder, me leo y parezco un viejo. Ala... me voy a por el bastón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario