sábado, 29 de diciembre de 2007

Diálogos con Mateo

Me acerqué el otro día hasta Mateo para hablar con él acerca de la existencia y a que ideas ha llegado en su corta estancia en la Tierra. La verdad es que las conclusiones son obviamente rebatibles, pero creo que de alguna manera está creando su propia forma de entender la vida y de ahí la transcripción de este diálogo.

Pregunta: ¿Cómo te defines?

Respuesta: Para definirse primero hay que llegar a una serie de conclusiones. Vamos a por ellas. Primero, sé que existo porque tengo la capacidad de relacionarme con una realidad exterior a través de los sentidos y la razón. Y al mismo tiempo, dentro mío, algo me dice que eso con lo que interrelaciono, lo hago de manera buena o mala entre otras cosas. Y también que comparto un lenguaje común de esa realidad para intentar explicarme. A raíz de esas conclusiones puedo afirmar que tengo una conciencia que me permite saber que soy y existo. Entonces, cómo me defino, como un ser que experimenta el mundo a través de los sentidos, que los analiza a través de su razón y que su conciencia le dice si lo hace de bien o mal.

P: ¿Pero estas ideas ya estaban en ti o las has desarrollado tu solo?

R: De alguna manera ambas cuestiones. Si se lo preguntáramos a un niño, igual sería otra la respuesta. No sé si un niño que mata a otro se sentirá mal,no sé si existen una ética y una moral innatas al ser humano. Quizás ese niño no sabe que matando está haciendo algo que después pesará en su conciencia cuando esté mejor educado o disponga de más información sobre lo bueno y la malo. En mi caso, y de ahí que hable de ambas cuestiones, es que tengo experiencias en la vida que me dicen con la perspectiva del tiempo y a través de mi memoria que he actuado de manera correcta o no. Incluso en el instante de actuar, ya sé que lo que hago puede estar bien hecho o mal. Pero yo tengo más formación en ética y moral que ese niño. Entonces, a través de esas experiencia he aprendido lo que es bueno y lo que es malo, pero al mismo tiempo porque he tenido una formación, no necesariamente reglada, sobre estas cuestiones.

P: ¿Puedes afirmar que exista Dios como un ser único y omnipotente que haya creado todo?

R: Mediante la razón no puedo, aunque haya experimentado sensaciones espirituales y religiosas muy intensas en otras épocas, no puedo afirmar que sean obra de Dios. Pueden haber sido imaginadas por mí, e incluso puedo haber engañado a mi conciencia y a mis sentimientos para decirles que estábamos en contacto con Dios, obras de mi imaginación que no puedo constatar para que sean comunes a mi realidad exterior, incluso por más que encuentre a otra gente que haya pasado por lo mismo, no podemos demostrarlo empíricamente. No puedo afirmar en un momento determinado "Voy a hablar con Dios sobre unas cuestiones que me preocupan", porque tal vez las respuestas que reciba sean parte de mi imaginación.

P: ¿Pero al mismo tiempo puedes preguntarte sobre su existencia?

R: Efectivamente. Puedo preguntar si Dios existe, cómo puedo preguntar de dónde venimos. Pero mediante la razón no podemos dar una respuesta a estas preguntas, más allá de hacer meras conjeturas. Tal vez el solo hecho de preguntar sobre su existencia, sea una forma de afirmarla. Pero también existe la otra cara de la moneda, que tampoco podemos negar su existencia. Definimos a Dios como al creador de todo y, efectivamente, en un momento dado la realidad tal cual la percibimos tuvo que haber sido creada. Pero más allá de eso, es todo imaginación y como dije antes, conjeturas.

P: ¿Pero también es cierto que desde tiempos inmemoriales la gente ha creído en la existencia de un Dios como alguien que interviene en nuestras vidas?

R: Para responder a esto antes debo aclarar algo. Sobre como constatamos la realidad. Si yo te paro en el medio de una plaza Matt y te pregunto señalando a un árbol qué es. Tu respuesta será un árbol. Si pasa alguien por allí, nos dirá lo mismo y así a todos los que les preguntemos. Todos estamos de acuerdo en lo que es un árbol, porque tenemos un lenguaje común mediante el que definimos las cosas. De esa forma constatamos la realidad exterior, común a todos. Ahora bien, sobre la creencia de la existencia de Dios como alguien que interviene en nuestras vidas, solo puedo decir que pertenece al lenguaje común, pero que no lo podemos constatar. Y dentro de ese lenguaje existe la palabra fe (se para y coge un diccionario). "Creencia en una cosa no basada en evidencias o argumentos racionales".

P: ¿Entonces?

R: Yo puedo creer en la existencia de Dios, porque no he visto como creo el universo, pero veo el resultado de su creación. Pero afirmar que interviene en mi vida cotidiana, es mucho decir. Interviene a través del resultado de su creación, pero no en las decisiones que yo tome o en lo que depare mi presente o futuro.

P: Por último ¿crees que existe un alma que permite seguir teniendo conciencia una vez que morimos?

R: ¡Qué complejo! Has hecho dos preguntas en una. A través de mi experiencia personal, puedo decir que sí, pero no lo puedo constatar empíricamente. Nadie ha visto un alma, o no lo vemos de manera corriente como para decir al igual que con un árbol, esto es un alma. Del mismo modo que no podemos constatar que exista otro mundo a donde ir cuando morimos. Ese es un principio. Pero también es cierto que existen otras realidad no constatables pero comunes a todos. Como por ejemplo el mundo de los sueños cuando estamos dormidos. Estamos en la misma realidad que cuando despiertos, pero percibimos las cosas de manera diferente. Un árbol se puede transformar en una vaca delante de nuestros ojos y vivirlo de manera real, pero no común, porque no podemos compartir los mismo sueños con otra persona. Digamos que la idea de otras formas de realidad, pertenecen al ámbito personal de cada uno. Visto desde este punto de vista, puede ser que exista, pero no lo podemos afirmar de manera lógica y común a todos.

P: Gracias Mateo.

R: De nada Matt, vuelve cuando quieras.

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