La crisis de los 30

Estoy en los coletazos finales de la famosa crisis de los 30 años, y todo hay que decirlo, he aprendido mucho de lo que me ha pasado. He sufrido también, y han venido a mi mente recuerdos sobre acciones en mi vida, la familia, los amigos, las relaciones sociales, los trabajos, en fin la tan mentada pregunta de si hemos sido buenas personas y que ha pasado con todo aquello que dejamos en el camino. Es como morir en vida para renacer con una vida más positiva con el objetivo de ser mejores.

También es un momento duro porque hacer balance de lo que somos como seres, no solo nos conecta de manera bestial con nosotros mismos, sino también porque entendemos de alguna manera como es esto de ser humano. Algunos opinan que debemos pasar por muchas crisis en nuestras vidas, otros en cambio dicen que si comprendemos bien el mensaje de una crisis y tomamos buena nota al mismo tiempo que actuamos de manera correcta, el resto de los altibajos desaparecen.

Cabe agregar también que al ser humanos, no somos perfectos, y que de alguna manera debemos coexistir todos bajo este mismo techo que es el mundo. Lo bueno es que todos tenemos también la posibilidad de elegir un camino que está en consonancia con el destino de las demás personas que nos rodean. Muchos, a lo largo de toda la historia, han buscado la paz. Cada uno con su mensaje de esperanza bajo el brazo explicándonos sobre qué podemos hacer por este mundo para que sea un lugar mejor y donde todos habitemos en paz. Yo me sumo a esa gente que ha marcado muchos caminos desde este humilde espacio para dar mi voto de confianza a la paz, porque sé que en el fondo, en el corazón de todas las personas que habitan este planeta quieren que la violencia termine. Que no haya más injusticias y que todos tengamos la posibilidad de desarrollarnos como personas, viviendo en buenas condiciones y llevando una vida digna. Porque solo a travéz de la paz podemos llegar a dejar un buen planeta para los que vienen detrás y porque como diría Gandhi: "No hay caminos para la paz, la paz es el camino". En este sentido me considero un soldado, pero no para ir a la guerra, sino un soldado que proviene de la palabra soldador. Soldado por un ideal, un ideal de paz, justicia, amor, respeto y convivencia en armonía.