martes, 30 de octubre de 2007

El día que estuve con Maradona

Allá por el año 98, trabajaba en el aeropuerto internacional de Buenos Aires sellando pasaportes a todos los que entraban y salían de Argentina. Eran jornadas agotadoras de 24 horas de trabajo y 24 de descanso. Allí tuve la oportunidad de conocer a grandes personajes, nos solo locales sino también internacionales. Pero un buen día por la mañana esperando un vuelo de American Airlines vino una representante de la compañía y nos dijo que bajaría del avión un personaje que nosotros queríamos, pero que ellas no. Yo estaba con un viejo trabajador de migraciones y dijo que a él tampoco le gustaba. La verdad es que no sabía a quien se referían y opte por el silencio y esperar. Cuando vemos que los pasajeros empiezan a bajar del avión nos metimos en nuestros puestos de trabajo y allí esperamos. De pronto, y de lejos bajando por las escaleras, aparece el Diego". Sí, Diego Armando Maradona. Enfiló directamente para el puesto de diplomáticos, pero casualmente alguien se cruzó por delante de él y como yo estaba un poco más atrás le hice señas de que se acercara. Su representante Coppola vio mis gestos y empujó a el Diego hasta mis puesto de trabajo. Y ahí estaba delante mío con su pasaporte. Mi primera reacción fue gritar "Diego, sos el más grande" (futbolísticamente claro) "Firmame un autógrafo". Y ahí hicimos el intercambio, el me dio el pasaporte para que yo cumpliera con mi trabajo de sellarlo y yo un papel para que me firmara su autógrafo. Fue increíble que en menos de 45 segundos se acercara un vendaval de gente para tocarle y pedirle autógrafos. Lo curioso fue que entre tanto bullicio me diera las gracias y se fuera rodeado de un montón de gente. Y más curioso aún es que ese autógrafo que me firmó ha desaparecido o lo he querido perder porque ya no era entonces el Diego futbolista, el que se había superado a sí mismo como deportista, era el Diego que nadie quiere y que se tiene que ayudar a sí mismo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Y cuando despertaste tenías el pie dentro del orinal...
Es época de recoger setas, pero la poca información micológica de la zona, te hace recoger algunas de vivos colores, cargadas de mescalina que tienen propiedades alucinógenas y psicoactivas que influyen en la percepción, fundamentalmente el sentido de la visión.