Cuenta la leyenda que Epiménides, el legendario poeta cretense del siglo VI a.C., emprendió un largo y dificultoso viaje a Oriente para encontrarse con aquel al que llamaban el Buda y preguntarle sobre la pregunta. Al fin halló el poeta filósofo al filósofo poeta, y fue como tenderle un espejo a otro espejo. "¿Cuál es la mejor pregunta que se puede hacer, y cuál es la mejor respuesta que se puede dar?", preguntó Epiménides. Y Buda contestó: "La mejor pregunta que se puede hacer es la que acabas de hacerme, y la mejor respuesta que se puede dar es la que te estoy dando".
jueves, 13 de septiembre de 2007
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