Para aquellos que vivimos o hemos vivido acompañados en nuestras casas siempre hay un momento especial, una jornada en la que decidimos "hoy no salgo, id vosotros". La frase en cuestión suele ir acompañada de algunas sugerencias de nuestros cohabitantes de que salgamos, de qué vamos a hacer rodeados de tanta soledad, de eres más aburrido que las ostras, de muchos etcéteras. Es una decisión que surge espontáneamente, que no se medita mucho o sí, pero el tema es que allí nos quedamos. Se cierra la puerta y en el preciso momento de girarnos después de la despedida... todo cambia automáticamente. Ya no vemos el salón como hasta hace unos instantes, ni la cocina tiene las mismas dimensiones, ni el pasillo es tan corto en la distancia como hasta hace instantes, los pasos tienen más eco, entra el hambre de muchas cosas, y a este punto quería llegar. Porque, para qué nos quedamos solos.
Cuando estamos solos en casa nuestro ritmo cambia. Por ejemplo, y constrastado científicamente en charlas con amigos y allegados, nos quedamos mucho tiempo mirando cosas de la casa que por lo general pasan desapercibidas en nuestro día a día. Un adorno de una estantería pasa a llamarnos más la atención. Y ahí nos encontramos mirando una pieza de cerámica hecha en serie que dice "Recuerdo de Astorga", que no sabemos quién nos la ha regalado, ni como llegó hasta la estantería, pero ahí está, haciendo que nuestra imaginación vuele "¿Qué estará pasando en Astorga en estos momentos? ¿Cuántos años hace que no veo a quién me regaló esta Sra. Horterísima Pieza de Cerámica?" Y ahí empezamos a intentar saber quién nos la ha regalado ¿Una tía, los vecinos, unos amigos... o aquella novia que me dejó? O mejor aún ¿Habrá sido aquel amor que no ligué? Y como si todo estuviera predestinado, pues nos ponemos cachondos recordando aquel amor que no pudo ser y otros tanto que fueron y que podrían haber traído la bendita pieza de cerámica de Astorga. Pues porque para eso, señoras y señores, sirve también quedarnos solos, para practicar el onanísmo por más que le nivel de calentura no sea de lo más elevado ¿Cómo desperdiciar una situación así? El solo hecho de estar solos ya invita a la masturbación, no hay un por qué, es un porque sí. Digamos que es una de esas leyes de la naturaleza que están allí de por sí y que las cumplimos inconscientemente.
Pasado este momento, minutos de relax y demás, la situación toma otros rumbos porque hemos descargado cierta tensión. Así que decidimos distraernos con otra actrividad ¿Intelectual, culinaria, recreativa? Según los mismo estudios científicos realizados, el próximo paso es comer algo aunque hay contradicciones en este tema. Para algunos es mejor leer o mirar un documental en la tele. Algunos se decantan por crucigramas, pero fueron considerados de mal gusto y fuera de lo normal. Digamos que el apartado de recreación ha quedado relegado a un tercer puesto, incluyendo a los adictos a la Play.
Lo curioso de todo, es que cuando estamos a punto de cumplir con la totalidad del ritual que implica quedarnos solos, que nos vaciamos y recargamos las pilas. Antes de esos preciados cuarenta minutos, tienen que volver los cohabitantes. No sé si es Ley de Murphy o de Vida, pero siempre sucede. Siempre nos faltan y nos faltarán querido amigos y amigas, esos cuarenta minutos para decir "recargué las pilas, estoy como una moto, ahora quién me para".
Cuando estamos solos en casa nuestro ritmo cambia. Por ejemplo, y constrastado científicamente en charlas con amigos y allegados, nos quedamos mucho tiempo mirando cosas de la casa que por lo general pasan desapercibidas en nuestro día a día. Un adorno de una estantería pasa a llamarnos más la atención. Y ahí nos encontramos mirando una pieza de cerámica hecha en serie que dice "Recuerdo de Astorga", que no sabemos quién nos la ha regalado, ni como llegó hasta la estantería, pero ahí está, haciendo que nuestra imaginación vuele "¿Qué estará pasando en Astorga en estos momentos? ¿Cuántos años hace que no veo a quién me regaló esta Sra. Horterísima Pieza de Cerámica?" Y ahí empezamos a intentar saber quién nos la ha regalado ¿Una tía, los vecinos, unos amigos... o aquella novia que me dejó? O mejor aún ¿Habrá sido aquel amor que no ligué? Y como si todo estuviera predestinado, pues nos ponemos cachondos recordando aquel amor que no pudo ser y otros tanto que fueron y que podrían haber traído la bendita pieza de cerámica de Astorga. Pues porque para eso, señoras y señores, sirve también quedarnos solos, para practicar el onanísmo por más que le nivel de calentura no sea de lo más elevado ¿Cómo desperdiciar una situación así? El solo hecho de estar solos ya invita a la masturbación, no hay un por qué, es un porque sí. Digamos que es una de esas leyes de la naturaleza que están allí de por sí y que las cumplimos inconscientemente.
Pasado este momento, minutos de relax y demás, la situación toma otros rumbos porque hemos descargado cierta tensión. Así que decidimos distraernos con otra actrividad ¿Intelectual, culinaria, recreativa? Según los mismo estudios científicos realizados, el próximo paso es comer algo aunque hay contradicciones en este tema. Para algunos es mejor leer o mirar un documental en la tele. Algunos se decantan por crucigramas, pero fueron considerados de mal gusto y fuera de lo normal. Digamos que el apartado de recreación ha quedado relegado a un tercer puesto, incluyendo a los adictos a la Play.
Lo curioso de todo, es que cuando estamos a punto de cumplir con la totalidad del ritual que implica quedarnos solos, que nos vaciamos y recargamos las pilas. Antes de esos preciados cuarenta minutos, tienen que volver los cohabitantes. No sé si es Ley de Murphy o de Vida, pero siempre sucede. Siempre nos faltan y nos faltarán querido amigos y amigas, esos cuarenta minutos para decir "recargué las pilas, estoy como una moto, ahora quién me para".
1 comentario:
DEBO CONFESAR QUE NO HAY NADA MAS AGRADABLE QUE PASAR UN BUEN RATO EN SOLEDAD EN EL PROPIO HOGAR. SE MA DA POR HACER MIL COSAS, DESDE MIRAR EL TECHO CON LA MENTE EN BLANCO HASTA -EN UN ATAQUE DE HIPERQUINESIA- PONERME A ENCERAR EL PISO (YA QUE NO HAY NADIE QUE ANDE ESTORBANDO Y PISANDO SOBRE LO ENCERADO). ESCUCHAR MUSICA, LEER, COPITA DE VINO TINTO, ECHAR UN HUMITO PERO LA VERDAD ES QUE LO NUNCA SE ME OCURRIO ES MANUELEARME. QUIZAS ESTO DEMUESTRE LO DIFERENTE DE LA MENTE MASCULINA A LA FEMENINA, PERO ES UNA IDEA A TENER EN CUENTA CUANDO ME ENCUENTRE ABURRIDA EN LA SOLEDAD DE UNA TARDE DE DOMINGO.
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